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lunes, 28 de marzo de 2011

UN LUNES ESPECIAL

Hoy es uno de esos lunes más felices que otros. Quizás anoche – mientras dormía - me visitó una estrella… O quién sabe si durante la madrugada me volví una nube y atravesé los siete umbrales azules del universo y llegué a una de esas lunas de escarcha donde se fabrica la magia. Lo cierto es que hoy todo es más leve, hasta el jovencito apurado de todas las mañanas que siempre zigzaguea para adelantárseme - y me acosa con su claxon que estremece el corazón - me resultó gracioso.
¿Será acaso que me acosté pensando en un artículo que me leí el sábado? Sí, un artículo sobre el efecto de ciertas redes sociales en la salud emocional de las personas. Resulta que en uno de esos cientos de estudios que se realizan hoy día, alguien arribó a la conclusión de que el ‘Facebook’ hace infelices a sus participantes. "¿Y cómo así?" (diría mi sobrina colombiana). Pues porque alguna gente cuelga fotos y comentarios sobre fiestas, comidas, vacaciones y paseos que, supuestamente, hacen sentir más solos y desgraciados a los otros, a los menos afortunados… ¿A ustedes esa conclusión no les sabe a envidia? ¿Por qué rayos me voy a sentir mal porque un amigo mío salga de viaje o porque una amiga esté celebrando su cumpleaños a todo dar con otros amigos?
Es cierto que todos no compartimos del mismo modo en ese divino y adorable solar cibernético. Algunos retratan hasta el plato de comida que se van a comer – con una toma de cámara subjetiva – y te lo plantan delante con algún comentario sugerente como: “esta noche, un bacalao a la chorrera con mi papichuli…” Otros, con derroche de detalles, te cuentan paso a paso - y con constancias gráficas - sus vacaciones en Venecia o su paseo por Opa Locka. Da lo mismo que se trate de la foto de una góndola que de una jicotea zambulléndose en un canal, el asunto es hacerte partícipe de lo que ven sus ojos y trasmitirte su delirante alegría con algún comentario en clave como ‘lol’, ‘lmao’ o su variante en español: ‘ddlr’ (descoj… de la risa). ¡Pero nada de eso es malo! De verdad que no entiendo que alguien se deprima por la contentura de otro. Para mí sigue siendo envidia.
Por mi parte yo le encuentro muchas ventajas y beneficios al Facebook. Me divierto con comentarios comiquísimos; puedo hacerme amiga virtual de personas muy interesantes que de otro modo nunca hubiera conocido; veo videos espectaculares y recuerdo canciones que me hacen sentir muy bien y hasta puedo hacer contacto con viejos y lejanos amigos, todo lo cual me llena de felicidad. Además - y he aquí quizás la clave de por qué hoy me siento tan bien – el Facebook tiene un truco mágico que puede ayudar a esos solitarios que se sienten menoscabados por el bienestar ajeno.
Por ejemplo, hoy yo pondría el siguiente comentario en mi página principal:
“Hoy es un lunes estupendo. El día está bien nublado y parece que va a llover. Falta que le hace a las plantas un buen chaparrón. Estuve con mi nieta el fin de semana. Nos abrazamos muchísimo y todavía tengo su olorcito a flor de piel. Esta noche no tengo ningún plan importante. Sólo terminar temprano mi trabajo, llegar a casa a hacer mis quehaceres de mujer machista del siglo pasado y luego sentarme a ver televisión. En algún momento – durante algún programa - mi esposo favorito me tomará la mano como hace todas las noches y, al igual que el primer día, volveré a sentir que se completa mi alma con un retazo de mí misma que solo él posee. Entonces me sentiré la mujer más feliz del mundo y sonreiré en la oscuridad de la sala mientras pestañea el televisor…”
O sea: en Facebook podemos ser auténticos y contar nuestras pequeñeces…. A lo mejor nuestra realidad no es tan glamorosa pero igual vale la pena compartirla con los campeones de la felicidad.

1 comentario:

  1. Comparto contigo las lagrimas que asomaron a mis ojos (lagrimas de felicidad) conmovida por tu comentario.

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