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viernes, 8 de abril de 2011

DICEN... (La poesía está en la historia)


Con 19 años, Liu Guojiang se enamoró de Xu Choquin, una viuda con varios hijos que tenía 29 años de edad. La sociedad de entonces rechazaba la unión de parejas en las que la mujer fuese mayor que el hombre, mucho más si la diferencia llegaba a ser de diez años. Cansados de tanta incomprensión y sin poder evitar el amor que sentían el uno por el otro, Liu y Xu buscaron refugio en la cima de una montaña en Jiangji, al sur de China, donde construyeron una precaria vivienda para vivir su romance prohibido lejos de todos.

Liu talló una escalera en la ladera de piedra de la montaña. Lo hizo apenas con sus manos para que su amada Xu pudiera subir y bajar de la casa. Se demoró 50 años en esculpir los 6000 escalones que cubren los 1550 metros de altura de la cuesta. A principios de 2008 Liu murió en brazos de su querida esposa, con las manos tan entrelazadas que, aún después de muerto, era casi imposible separarlos. Dicen que Xu estuvo llorando muchos días ante la tumba de Liu y susurrando:

-Tú me prometiste que cuidarías de mí, que siempre estarías conmigo hasta el día que yo muriera. Ahora te fuiste antes que yo ¿Cómo voy a vivir sin ti?

Hoy día, la escalera que construyera Liu es considerada un monumento nacional y la casa escondite de la montaña, un museo. Sin embargo, nada puede compararse con la grandeza de esta historia de amor. Este es mi homenaje:

DICEN

Dicen que un buen amor es como subir una gran cuesta
y que se pueden vivir en el ascenso
momentos muy intensos, delirantes, perfectos
y otros más complicados cuando se ausenta el sol

Para esa parte difícil y empinada
se precisa la fiesta que habitó una mirada
la luz inmensa de las lunas de enero
un cómplice aguacero… y una gardenia o dos

Hacen falta gaviotas al sur de tu garganta
y un pozo bien profundo de escurrir el dolor
polvo de estrellas, estelas de cometas
la sonrisa de un niño y jazmines de olor

La chispa de un recuerdo encendiendo las sombras
y creciendo muy tibio dentro del corazón
abejas que no duerman, tardes que no se acaben
las manos siempre abiertas y un susurro en la voz

Se requieren las bromas, los insomnios, los versos
un roce apenas, tierno, que se vuelva pasión
y las claves secretas de todo el universo
para que un guiño pueda fabricar el perdón

Se recomienda mucho la risa en cataratas
para espantar los egos, la escarcha y el rencor
y cuando las palabras se llenen de silencio
que baste solo un beso para que hable el amor

Dicen los entendidos que de eso trata el caso
de una cuesta bien grande sin el viento a favor
y que lo mejor no es llegar a la cima
lo mejor es la vida, vivida día a día
los sueños compartidos
los peldaños
el hoy

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