Hasta el nombre es feo. Es cierto que salva vidas pero el procedimiento no puede ser más desagradable. No quiero pecar de feminista pero estoy casi segura de que, si se tratara de una prueba testicular, ya habrían inventado otro método menos apabullante.
De todas formas,
1- Ponga dos tapas de cazuela en el congelador. Cuando estén bien frías, agarre una con cada mano y aprisiónese una “tecla” durante varios minutos. Vuelva a enfriar las tapas y repita el ejercicio con la otra “tecla”. Hágalo durante una semana. Después se reirá de lo frío que es el dispositivo donde le machacarán la mama.
2- Para este segundo ejercicio necesitará la ayuda de su esposo o de cualquier amigo que esté bien corpulento. Quítese la blusa y el ajustador. Abra la puerta del refrigerado y coloque una “tecla” allí mismo, en la orillita. Pídale a su ayudante que trate de cerrar herméticamente la puerta del refrigerador empujando con todas sus fuerzas durante dos minutos. Repita con la otra “tecla”. Hágalo una vez al día durante dos semanas. Este ejercicio se las ablandará de modo que cuando se las apachurren donde el médico, usted casi no sentirá nada.
3- Este último ejercicio solo debe hacerse después de haber
Si esto les parece exagerado, entonces llénense de valor y sométanse a la mamografía sin ningún entrenamiento. Pero no dejen de hacérsela. Es un machucón inolvidable… pero vale la pena.
Jajajaja. No sé. Me parece un entrenamiento un poco excesivo. Creo que prefiero que me las hagan a cara perro.
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